Efectos del Covid-19 a nivel sexual – Preguntas frecuentes
Las relaciones sexuales han sufrido un duro golpe debido a la pandemia mundial de SARS-Cov-2. La COVID-19 ha cambiado radicalmente las relaciones sociales en el mundo, tanto por las restricciones impuestas por los distintos Estados como por la sensación de miedo al contagio. La angustia por la situación mundial, junto con la continua exposición a imágenes de enfermedad y muerte, ha puesto a prueba la estabilidad emocional de cada persona.
En este artículo, aclararemos algunas de las preguntas más frecuentes que han surgido en lo relacionado con las relaciones sexuales.
¿El Covid-19 puede transmitirse durante las relaciones sexuales?
En cuanto al riesgo y la transmisión del SRAS-CoV-2 durante las relaciones sexuales, algunos estudios han demostrado que la mayor cantidad de virus está presente en la saliva, por lo que los besos, una práctica muy común durante las relaciones sexuales, son muy arriesgados. Además, hay que tener en cuenta que se ha detectado una transmisión fecal-oral en muestras de heces de pacientes infectados.
No hay pruebas de que el COVID-19 pueda transmitirse por vía vaginal o anal. También hay pruebas de la transmisión oral-fecal del COVID-19 y eso implica que el anulingus puede representar un riesgo de infección. En el caso de los homosexuales es posible el contagio por vía anal y oral-fecal.
El SARS-CoV-2 puede estar presente en el semen de los pacientes con COVID-19, y el SARS-CoV-2 puede seguir detectándose en el semen de los pacientes en recuperación. Debido a la imperfección de las barreras sangre-testículos/deferentes/epidídimo, el SARS-CoV-2 podría afectar al aparato reproductor masculino, especialmente en presencia de una inflamación local sistémica. Aunque el virus no pueda replicarse en el aparato reproductor masculino, podría persistir, posiblemente como resultado de la inmunidad privilegiada de los testículos.
¿Qué relación hay entre el Covid-19 y la Disfunción Eréctil?
La disfunción eréctil (DE) es el problema de salud sexual masculino más común, ya que afecta a entre el 13 y el 28% de los hombres de entre 40 y 80 años, y su prevalencia aumenta con la edad.
Aunque no hay datos que exploren la relación entre la COVID-19 y el riesgo adicional de desarrollar DE, los hombres con mayor riesgo de tener complicaciones graves secundarias a la COVID-19 son también los que tradicionalmente presentan riesgo de DE: adultos mayores, diabéticos, hombres con enfermedades cardiovasculares, con sobrepeso/obesidad y con múltiples comorbilidades. Por lo tanto, es importante considerar el papel del estrés añadido, la ansiedad y las implicaciones para la salud física de los hombres con DE en la pandemia de COVID-19.
No está claro si la COVID-19 puede aumentar el riesgo de desarrollar disfunción eréctil o exacerbar la existente en los hombres que la contraen; hay ejemplos anteriores de infecciones respiratorias virales que se complican con la fibrosis. Las enfermedades pulmonares crónicas, concretamente las enfermedades pulmonares intersticiales y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC), se han asociado a la DE. En conclusión, a pesar de la falta de investigación sobre el tema, podemos esperar que la disfunción eréctil empeore durante la situación altamente estresante a la que se enfrentan los hombres durante la pandemia actual.
El aplazamiento de la mayoría de los tratamientos médicos electivos y no urgentes y el hecho de dejar “en suspenso” los temas que no constituyen una amenaza directa e inmediata para la salud y la seguridad de la persona pueden tener un impacto negativo también en la salud sexual de los hombres.
El tiempo de cuarentena afecta al estado de ánimo de todas las personas y disminuye la libido y el sexo debido al aburrimiento en casa.
¿Qué consecuencias está teniendo el Covid-19 en la salud sexual?
- Consecuencias físicas: Hay indicios de que la actividad sexual contribuye de forma integral a la calidad de vida y a la salud física general. Hace tiempo que se sabe que una mala salud puede afectar a la sexualidad. La diabetes, el dolor crónico, la depresión, las enfermedades cardíacas y el cáncer son ejemplos de afecciones que pueden afectar a la mayoría de las áreas de la función sexual. En tiempos de pandemia, las restricciones impuestas, que incluyen períodos prolongados de cuarentena, distanciamiento social y confinamiento en el hogar, tienen efectos omnipresentes en la vida social y económica. Lamentablemente, se presta poca información y atención al mantenimiento de la salud sexual, a pesar de su poderoso efecto en la calidad de vida general a corto y largo plazo.
- Consecuencias psicológicas: La OMS define la salud mental como “un estado de completo bienestar físico, mental y social” y no sólo “la ausencia de afecciones o enfermedades”. En lo que respecta a los periodos de pandemia, la salud mental es una cuestión extremadamente esencial que debe tenerse en cuenta. Según la literatura, los síntomas más prevalentes en las personas que han estado en cuarentena son el estado de ánimo deprimido, la irritabilidad, el miedo, el nerviosismo y la culpa. La evidencia científica ha demostrado una fuerte relación entre la salud mental y la física. Las actividades cotidianas, como las prácticas sexuales, están muy relacionadas con la calidad de vida y la salud mental de una persona. Los efectos psicológicos negativos como el estado de ánimo deprimido, la irritabilidad, el miedo, el nerviosismo y la culpa durante este periodo no son sorprendentes. Otros estudios también han demostrado una asociación positiva entre la duración de la cuarentena y el empeoramiento de la salud mental, más concretamente los síntomas de estrés postraumático, las conductas de evitación y la ira.
Otra condición clave es la frustración/aburrimiento del confinamiento, la pérdida de la rutina y de los contactos sociales y físicos, que parece exacerbarse cuando no es posible realizar las actividades cotidianas o participar en actividades de redes sociales.
Los efectos a largo plazo también parecen ser problemáticos. Según un estudio realizado con un grupo de individuos que estuvieron en cuarentena por posible contacto con el SARS-CoV-2 en las semanas posteriores al periodo de cuarentena, un porcentaje significativo de individuos siguió evitando a otras personas que tosían o estornudaban, los lugares cerrados con aglomeraciones de personas y los espacios públicos. En este sentido, es fundamental reducir el aburrimiento, potenciar la comunicación y activar los contactos sociales, ya que la imposibilidad de hacerlo es causa no sólo de ansiedad inmediata, sino también de angustia a largo plazo.
Para concluir, se espera que las implicaciones psicosociales y económicas de la actual pandemia y su impacto colectivo tengan efectos colaterales nocivos en la salud general.
Deseo sexual y discrepancias de deseo
Las preocupaciones en torno al bajo deseo sexual son muy frecuentes en todas las poblaciones, oscilan entre el 10 y el 40% y son uno de los problemas sexuales más extendidos a los que se enfrentan los adultos. Sin embargo, la discrepancia en el deseo sexual (cuando los miembros de la pareja manifiestan deseos significativamente diferentes para la intimidad sexual) sigue siendo una de las razones más comunes por las que las parejas acuden a los servicios de terapia debido al impacto negativo en la relación y la satisfacción sexual.